Pero centrándonos en las sex shop te diremos que éstas, cuando empezaron a darse, de forma física, eran consideradas como un sacrilegio. De hecho, es posible que algún dueño de una sex shop nos pueda decir la cara con la que le miraban solo por haber montado una tienda de ese estilo.
Sin embargo, con el paso del tiempo parece que algo fue pasando porque las sex shop empezaron a ser más conocidas y, poco a poco, aceptadas. Las personas, sobre todo los jóvenes, se interesaban en ellas, en lo que vendían y lo que podían encontrar. Eso sí, entraban a escondidas, tímidos, como si el estar allí fuera un delito, y apenas se les sacaba conversación porque iban, compraban y salían en un tiempo récord.
Por supuesto, aún quedaba mucho porque había muchos que no entraban por miedo al “qué dirán” y ese colectivo no podía hacer nada... hasta que llegaron los sex shop online que facilitaron las ventas anónimas e hicieron que muchos lo consideraran una bendición para poder comprar lo que querían sabiendo que nadie les iba a decir nada.
Ahora mismo estamos en esta última etapa en la que las tiendas eróticas están bien vistas pero aún son reacios a tenerlas cerca y menos a que los pillen mirando el escaparate. Por eso las tiendas eróticas por internet parece que andan teniendo mucho más éxito, quizás por el hecho de que ahí guardas el anonimato en la pantalla del ordenador y a la otra personas no le importa cómo seas o quien seas sino solo se limita a gestionar la compra que quieres para servírtela en tu domicilio lo antes posible.
¿Qué opinas tú de la evolución?